El Cielo

Las imágenes de algún día las saque yo y
Gracias a Nicolas Fierro por este bello texto donde aproximas la mirada al cielo


Desde tiempos antiguos el hombre ha sentido atracción al cielo. Ver la salida del sol, el sol de mediodía, atardecer, las estrellas y planetas en la noche… Siempre preguntándose, reflexionando en torno a su inmensidad, lo vasto.
El acto con relación al cielo es la contemplación, pues el hombre al no estar dotado para el vuelo (que sólo ha sido una posibilidad con los tiempos modernos: el avión) no puede recorrerlo físicamente, si no sólo con la mirada. Se habita de manera inmaterial, pero con un material: la luz y su incidencia, que es lo contemplable del cielo. Está contemplación se da de por sí al aire libre, pero cuando el hombre construyó sus primeras edificaciones, la opacó. Así surge como una necesidad, primero funcional- biológica las aberturas, que garantizaran la iluminación y ventilación de los interiores.
Las aberturas vienen a construir la noción de vacío en la arquitectura. Entendiendo el vacío como aquello carente de materia, el opuesto al lleno. Estas aberturas al presentar una luz distinta llevaron el ojo de quienes habitaban en interior a contemplar el afuera, la luz del afuera en resguardo. Así por ejemplo contemplar el transcurso del sol, o la sucesión del día y de la noche, dando inicio y término de la jornada. El cielo y su contemplación como una primera noción de tiempo, en torno a la luz.
¿Qué es el cielo si no un gran vacío inscrito entre la geografía circundante?
Cuyo tamaño no se puede medir ni numerar, es un infinito no numerable.
¿Cómo se vuelca la mirada al cielo?