La Haine
El hombre invisible y la conciencia oculta de Brasil
Por Ozorio Fonseca
En mayo de este año el diario O Globo de Brasil en su
separata Segundo Caderno, publicó una ’Entrevista a Marcola del PCC’. El es
Marcos Camacho, jefe de la banda carcelaria de Sao Paulo denominada Primer
Comando de la Capital (PCC). La siguiente es la traducción textual del
reportaje.-
¿Usted es del PCC?
Más que eso, yo soy
una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron
durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El
diagnostico era obvio: Migración rural, desnivel de renta, pocas villas
miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía... ¿Qué hicieron?
Nada.
¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto
para nosotros?
Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las fabelas de
los cerros o en la música romántica sobre ’la belleza de esas montañas al
amanecer’, esas cosas... Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga.
Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de
vuestra conciencia social ¿Vio? Yo soy culto. Leo al Dante en la prisión.
- Pero la solución sería...
¿Solución? No hay
solución, hermano. La propia idea de ’solución’ ya es un error. ¿Ya vio el
tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la
periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de
dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa
voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación,
urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una ’tiranía
esclarecida’ que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase
por encima del Legislativo cómplice.
¿O usted cree que los chupasangres no van a actuar? Si se
descuida van a robar hasta al PCC. Tendría que haber una reforma radical del
proceso penal del país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre
policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta
conference calls entre presidiarios...) Y todo eso costaría billones de dólares
e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del
país. O sea: es imposible. No hay solución.
- ¿Usted no tiene miedo a morir?
Ustedes son los que
tienen miedo a morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden
entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros
somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas.
Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en
medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva ’especie’,
ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama
cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la
comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes intelectuales no hablan de
lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja,
ja, ja...!
Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo al Dante, pero mis
soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más
proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí
afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo,
diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones
de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones
hechas ’con autorización’ de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante
de una especie de post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura
asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas
modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una
mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.
¿Qué cambió en las
periferias?
Plata. Nosotros ahora
tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no
manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio...
¿Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, entiende? Nosotros somos
una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y ’colocado
en el microondas’. Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes.
Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos.
Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no
tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados.
Ustedes tienen calibre 38.
Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa.
Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad.
Ustedes nos transformaron en ’super stars’ del crimen. Nosotros los tenemos de
payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por
miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos.
Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos ’globales’. Nosotros no nos
olvidamos de ustedes, son nuestros ’clientes’. Ustedes nos olvidan cuando pasa
el susto de la violencia que provocamos.
- ¿Pero, qué debemos hacer?
Les voy a dar una
idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a ’los barones del polvo’ (cocaína)!
Hay diputados, senadores, hay generales, hay hasta ex presidentes del Paraguay
en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El
ejército? ¿Con qué plata? No tienen dinero ni para comida de los reclutas. El
país está quebrado, sustentando un estado muerto con intereses del 20 % al año,
y Lula todavía aumenta los gastos públicos, empleando 40 mil sinvergüenzas.
¿El ejército irá a luchar contra el PCC? Estoy leyendo
Klausewitz, ’Sobre la Guerra’. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos
hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles
anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros...
solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó en eso?
¿Ipanema radiactiva?
Pero... ¿No habrá una
solución?
Ustedes sólo pueden
llegar a algún éxito si desisten de defender la ’normalidad’. No hay más
normalidad. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia.
Pero ser francos, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo
insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida.
Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella.
Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no
entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: ’Pierdan
todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno’.
O Globo / La Haine